Creo que sentí cuando se levantó, no sé si fue real o lo pienso ahora, pero sé que no oí la puerta al cerrarse. Cuando reaccioné y fui consciente de que no estaba en mi cama me levanté de un salto esperando encontrarla en la casa, en la ducha, en la cocina... Ella era bastante curiosa para estar en el salón cotilleando mi pc... Te lo aseguro.
Agarré el pomo de la puerta pero no lo giré.
Recordé cómo me miró cuando jadeaba, y su piel empezó a arder,
la pasión de sus uñas abrió grietas en mi espalda y me arqueó tan fuerte que quise morderla... Aún debo tener las marcas.
Abrí la puerta, sabía que no estaría por ningún lado, el rabillo del ojo hizo la inspección usual al reloj en el corredor. los cuadros en las paredes comenzaron a brillar al recordar el sonido de su pisada, debiste ver cómo se apoderó de mi casa, y ahora se ha largado
¡Qué hija de puta!
La imagen de sus manos cerradas apretando las sábanas me es exquisita... Después de esa... Fue cósmico, en serio, eso sí fue polvo de estrellas. Dejó su aroma en mi cama, la corriente violenta de recuerdos; el tiempo acelerado prendido como fogata y la sed.
líneas en su pecho
ahora, rabia; esa que te da cuando algo se extravía, no sabes dónde nace,
en la puta vida me había
levantado esperando que quien ya no está en la cama estuviese en otra parte de
la casa
resaca, Hechicera maldita, ¿Quién eres para dejarme de esta forma?
¡Necesito un café!
Cada paso hacia la estúpida cocina es un martillazo de recuerdos que me hierve la sangre en escalofríos y reproches
¿dónde voy a encontrate, mujer de plata?
Agua fría en el rostro como si quisiera apagarme y todo me parece excitante: el misterio, su escote, la risa y su maldita huida.
tendré que ocupar la mente o me volveré loco.
La casa parece más grande que nunca
cuando la imagen me cayó como chispa
ahí estaba...
Justo en la nevera pegada con un imán ¡señal divina!
La braga
mi mano la alcanzó rápidamente; era ella en letras rojas
resaca, Hechicera maldita, ¿Quién eres para dejarme de esta forma?
¡Necesito un café!
Cada paso hacia la estúpida cocina es un martillazo de recuerdos que me hierve la sangre en escalofríos y reproches
¿dónde voy a encontrate, mujer de plata?
Agua fría en el rostro como si quisiera apagarme y todo me parece excitante: el misterio, su escote, la risa y su maldita huida.
tendré que ocupar la mente o me volveré loco.
La casa parece más grande que nunca
cuando la imagen me cayó como chispa
ahí estaba...
Justo en la nevera pegada con un imán ¡señal divina!
La braga
mi mano la alcanzó rápidamente; era ella en letras rojas
"viernes
8pm
Cup café"