Cocaína soy

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      Tengo tantas ganas de estar sola sentada en medio del desierto o en un barquito lejos, en el mar y sentir mi dedo, mi cabello en el viento, escuchar mi voz, mi ser. Hay tanto ruido en todas partes que ya no sabes cómo suenan tus sonidos, ¿hace cuánto que no te escuchas?. Hoy lo intenté mientras manejaba, pero la gente es tan imprudente, tan absurda y hoy no tengo más que esta depresión por abstinencia, unas ganas de llorar como niña chiquita por cocaína y esta irritación exagerada.

Tomé la opción de escribir esperando tener algo que decir además de las quejas existenciales de una adicta a la cocaína. Intento ser sincera pero en el camino me escondo tantas cosas, he –incluso-llegado a pensar que estoy loca o que al menos me estoy volviendo, claro, supongo que si así fuera, sería yo la última en enterarme. Es como si últimamente hubiera en mí dos habitantes mas, particularmente parecidos pero completamente opuestos y mientras uno quieres sentarse a llorar, el otro quiere salir corriendo. ¿Y si así lo decidiera? ¿si tomara un poco de ropa, algunos discos y simplemente caminara en alguna dirección? Dejaría notas de “adiós”, “no me busquen”, “yo les llamo”, “no se preocupen”. Sería tan divertido y excitante. ¿Lo has pensado?.

Soy quien comete todos los errores.

Soy quien lo quiere todo.

Soy quien no sabe cantar y le enchina la piel hacerlo.

Soy quien te arrebata el amor con un beso y luego sale corriendo. 
Soy lo malo de la historia y no tengo final feliz.

Soy la que quiere estar sola y morirse llorando.

No pensarás en mí por que si lo haces te volveré loco.

No soñarás conmigo porque me verás inhalando largas líneas blancas. 
No quieres llamarme porque no sabes seguirme el paso.

No te enamorarás de mí porque de lastimarte yo he de encargarme.

No tomarás de mi cáliz a menos que quieras morirte.

Quizá debo enfrentarlo ya, gritarme a la cara lo cobarde que soy.